El deseo de cualquier propietario de un sitio web es obviamente aumentar su tráfico, ya que esto quiere decir que el producto o servicio que ofrece tiene la posibilidad de llegar a más personas. Pero para lograr eso, primero es necesario conocer en qué consiste este tráfico y conocer también los distintos tipos de tráfico web, y en este artículo veremos esos puntos.
Contenido
¿Qué es el tráfico web?
Antes de adentrarnos en los tipos de tráfico web existentes, primero es necesario profundizar un poco en qué es el tráfico web exactamente. Este concepto se refiere a la cantidad de usuarios que visitan un sitio web y a las acciones que realizan dentro de dicho sitio.
El tráfico web es medido mediante herramientas SEO de análisis de tráfico, como por ejemplo Semrush, las cuales permiten que el dueño del sitio pueda saber de dónde vienen sus visitantes y de qué forma interactúan con su web.
El tráfico de un sitio web es una de las métricas más importantes, ya que es un reflejo directo de muchas otras cosas, como es el caso del SEO, de las campañas de marketing y de las campañas en redes sociales. Si se ven aumentos en el tráfico de un sitio, es posible que al menos una de estas actividades esté dando frutos.
Más allá de contar los visitantes, analizar el tráfico web nos permite comprender mejor el comportamiento de los usuarios y las formas en que interactúan con nuestro sitio, pudiendo saber de esta manera cuáles páginas son las más visitadas, cuánto tiempo permanecen en cada una y qué los lleva a generar una conversión.
Importancia del tráfico web
Como decíamos, el tráfico web es más que simplemente un número, en realidad representa oportunidades. Si tenemos un flujo constante de visitantes, quiere decir que nuestra web tiene visibilidad y estamos atrayendo clientes potenciales.
El tráfico web es esencial para medir la efectividad de nuestras estrategias de SEO, publicidad y generación de contenido. Sin embargo, el volumen de visitas no es todo. Un sitio puede atraer miles de visitantes, pero si se van rápidamente o no realizan acciones, entonces ese tráfico tiene poco valor.
Lo que en realidad se debe buscar, es tener un tráfico de alta calidad, es decir usuarios que realmente estén interesados en lo que nuestra web tiene para ofrecer. Un tráfico consistente y que interactúe con nuestro sitio es lo que ayuda a mejorar nuestra marca y a incrementar la tasa de conversiones.
Principales tipos de tráfico web
No todos los visitantes de un sitio web llegan a él de la misma forma. El tráfico generalmente se categoriza según su origen, es decir, ¿dónde estaba ese usuario antes de entrar en nuestro sitio? De aquí se originan los diferentes tipos de tráfico web.
Entender estos tipos de tráfico web es lo que nos ayuda a ver cuáles estrategias funcionan mejor y cuáles debemos mejorar. Los principales tipos de tráfico web incluyen: orgánico, directo, referido, social, pagado y de correos, aunque hoy en día están aumentando en popularidad otras vías como las aplicaciones móviles y las búsquedas por voz como origen de tráfico.
Cada tipo de tráfico cuenta una historia diferente: algunos usuarios están llegando a nuestra web mediante un motor de búsquedas, otros ingresan escribiendo nuestra URL o mediante marcadores, y otros pueden llegar a través de anuncios o enlaces que fueron compartidos.
Al analizar los tipos de tráfico web de nuestros visitantes, podemos descubrir de qué forma la gente nos encuentra, y así ajustar nuestra estrategia de marketing y de SEO para ver en cuáles canales debemos enfocarnos más para atraer tráfico de alta calidad.
Tráfico orgánico
Entre los tipos de tráfico web, el tráfico orgánico es quizá el más importante, y se refiere a las personas que llegan a nuestra web de forma natural mediante buscadores como Google o Bing, sin hacer clic en enlaces de anuncios.
Se considera el tipo más valioso ya que refleja que los usuarios están buscando información, productos o servicios que nosotros proveemos. Cuanto mejor sea nuestro posicionamiento en buscadores, más tráfico orgánico vamos a atraer. Este tipo de tráfico está respaldado por nuestro SEO, es decir, depende de la calidad de nuestro contenido, optimización web, optimización de palabras clave y otros factores.
El tráfico orgánico es sostenible, requiere poca inversión a largo plazo y suele atraer a usuarios que realmente están interesados en interactuar con nuestro sitio y por ende generar conversiones.
Tráfico directo
El tráfico directo se origina en aquellos usuarios que entran a nuestra web de manera directa, es decir, escribiendo nuestra URL o dominio, accediendo desde un marcador/favorito o haciendo clic en un enlace en una fuente no rastreable, por ejemplo, un archivo PDF.
Entre los tipos de tráfico web existentes, este suele ser un indicador de “lealtad” hacia nuestro sitio o marca, ya que, como decíamos, el usuario ingresa de forma directa, sin buscadores de por medio, y esto es en parte porque ya sabe lo que va a encontrar.
El único problema del tráfico directo es que no puede ser rastreado, pero no deja de ser un buen indicador para nuestra marca.
Tráfico referido
El tráfico referido es aquel en el cual un visitante llega a nuestra web luego de hacer clic en un enlace en otro sitio, es decir, es el tráfico que viene desde sitios externos. Esto puede incluir menciones en blogs, menciones en foros, en sitios de prensa, etc.
Por ejemplo, si un blog popular que abarca temas de nuestro nicho nos menciona y enlaza, y los lectores de este blog hacen clic en ese enlace y llegan a nuestra web, entonces se convierten en tráfico referido.
Este tipo de tráfico es muy bueno porque no solo atrae nuevos visitantes, sino que además ayuda a mejorar nuestro SEO, dado que los buscadores ven estos backlinks (también llamados enlaces entrantes) como una señal de que nuestra web tiene credibilidad y autoridad de dominio.
Entre los tipos de tráfico web, el tráfico social es quizá el más nuevo, ya que comenzó a verse notoriamente con el aumento en el uso y popularidad de redes sociales, aproximadamente desde 2009 o 2010 en adelante. Como su nombre indica, el tráfico social tiene su origen en plataformas como Facebook, X (Twitter), Linkedin, Tiktok e Instagram.
Este tráfico está influenciado directamente por nuestra estrategia en redes sociales, incluyendo nuestra frecuencia de publicaciones, la importancia de nuestro contenido y la interacción que se logra con los usuarios.
Una fuerte presencia en redes sociales nos brinda clics inmediatos y también reconocimiento a nuestra marca. Además, dada la naturaleza de estas redes, siempre está la posibilidad de que alguna publicación se vuelva viral, es decir, que un solo post podría atraer miles de visitantes en poco tiempo.
Las redes sociales son muy importantes, no en vano existe la llamada búsqueda social; sin embargo, se trata de una fuente de tráfico menos consistente que, por ejemplo, el tráfico orgánico, ya que depende de los algoritmos de cada red y de la actividad de la audiencia.
Tráfico de anuncios
El tráfico de anuncios, llamado también tráfico pagado, se refiere a los visitantes que llegan a nuestra web mediante campañas de anuncios en sistemas como Google Ads, Meta Ads o diversos sponsors.
Contrario al tráfico orgánico, el cual crece con el tiempo, el tráfico pagado nos brinda visibilidad inmediata, dado que nuestra web aparecerá entre los primeros resultados de búsqueda de un buscador, o bien aparecerá con más frecuencia en el feed dentro de redes sociales.
Este tipo de tráfico es ideal para promocionar rápidamente nuestra marca o un nuevo producto, permitiendo que lleguemos sin demora a usuarios que puedan estar interesados en lo que ofrecemos.
Por supuesto, no todo es color de rosas, ya que como su nombre indica, este tráfico tiene un costo monetario, es decir, debemos pagar por él, y hay que seguir los resultados muy de cerca para asegurar que nuestra inversión está dando buenos frutos.
Tráfico de emails
El tráfico de emails o tráfico de correo abarca a los visitantes que llegan a nuestra web haciendo clic en enlaces dentro de campañas de email, boletines o mensajes automáticos. Es uno de los tipos de tráfico web más viejos, comenzando a popularizarse a mediados de la década de 1990.
Se trata de una forma directa y confiable de llevar visitas a nuestro sitio web, especialmente cuando el correo va dirigido a suscriptores o clientes. Contrario al tráfico social y al de anuncios, que pueden llegar a cualquier persona, el tráfico de correos está basado en una audiencia ya existente y que ya nos conoce.
Un email con buen formato y buenos CTA puede hacer que los visitantes accedan a nuestra web nuevamente y realicen otra conversión. Por supuesto, para lo que no sirve es para atraer a nuevos visitantes, así que para determinados modelos de negocio quizá no sea una opción muy buena.
Otros tipos de tráfico web
A medida que la tecnología evoluciona, aparecen nuevos tipos de tráfico web, que si bien no son tan importantes como los ya mencionados, igualmente no se pueden pasar por alto por más que aún estén un poco verdes.
Entre estos nuevos tipos de tráfico web tenemos las notificaciones push, que pueden llevar a un usuario de regreso a un sitio web. También están las búsquedas por voz mediante sistemas como Alexa o Google Assistant. Los chatbots y las aplicaciones móviles también son capaces de llevar visitantes a nuestra web.
Por aquí también encontramos plataformas como WhatsApp Business y los canales de Telegram, los cuales pueden funcionar como una fuente semidirecta de visitantes.
Como decíamos, estos tipos de tráfico web emergentes todavía no son tan importantes como los 6 principales que tratamos en el artículo, pero de a poco van ganando fuerza.
Conclusión
Comprender qué es el tráfico web y los distintos tipos de tráfico web que existen es fundamental para mejorar nuestra presencia en Internet. No se trata solo de atraer visitas, sino de entender de dónde vienen, cómo interactúan y qué canales ofrecen los mejores resultados para impulsar el crecimiento sostenido de nuestro sitio.