Lo que comúnmente conocemos como «la nube» en realidad es lo que corresponde a la sigla IaaS, es decir Infraestructura como Servicio. Es común escuchar frases como “almacena tus archivos en la nube” o “tu sistema corre desde la nube” aunque no siempre está claro qué significa eso exactamente. En esta oportunidad te vamos a contar todo lo que necesitas saber sobre la Infraestructura como Servicio o IaaS.
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Uno de los grandes cambios en el mundo de los servidores y el hosting ha sido la posibilidad de manejar los requerimientos de cómputo y la carga de trabajo mediante IaaS, el cual si bien puede sonar técnico y un poco confuso, en realidad es mucho más fácil de entender de lo que parece.
Vamos a explorar qué es exactamente esta tecnología, cuáles son sus beneficios y limitaciones, en qué se diferencia de otras como PaaS y SaaS que ya vimos anteriormente y revisaremos algunos ejemplos reales para que todo quede bien claro.
¿Qué es una IaaS (Infraestructura como Servicio)?
Antiguamente, para montar una infraestructura se debían comprar servidores, adaptar una habitación como Centro de procesamiento de datos (CPD), colocar los servidores en racks e instalar y cablear todo. Cada vez que se necesitaba expandir la capacidad significaba agregar más servidores, todo lo cual implica altos costos de mantenimiento, de operación, de recursos humanos y de tiempo.
En el modelo IaaS, en lugar de invertir en un servidor de alto rendimiento y mantenerlo en un entorno adecuado, lo que se hace es acceder a esa misma capacidad de cómputo de forma remota, desde cualquier lugar del mundo, simplemente rentando los servidores y/o recursos que se necesitan, ahorrando tiempo y dinero.
La Infraestructura como Servicio es una forma de computación en la nube que ofrece recursos de computación, ya sean servidores virtuales en la nube o físicos, accesibles a través de Internet en lugar de que una empresa compre y mantenga sus propios servidores físicos. Este sector ha crecido muchísimo en la última década, de hecho el Grupo IMARC proyecta que el mercado IaaS crecerá a una tasa compuesta anual (CAGR) del 22,4% entre 2024 y 2032.
Gracias a los servicios del tipo IaaS se puede alquilar estos recursos a proveedores diversos y allí encontrar cosas como potencia de procesamiento, almacenamiento, redes e incluso herramientas de seguridad, entre muchos otros.
IaaS equivale a alquilar la parte más técnica y pesada del sistema informático que una empresa o negocio necesita, permitiendo de esa forma que los equipos de desarrollo y operaciones se concentren en lo que realmente importa: construir y mejorar sus aplicaciones y no en temas como fallas de hardware, mantenimiento, cableado y problemas similares que son asumidos y resueltos por el proveedor.
Ventajas y desventajas
Como sucede siempre, toda tecnología tiene ventajas y desventajas, si bien en general los beneficios son enormes, tampoco es una solución universal para cada caso, siempre se debe tener en cuenta las necesidades, los requerimientos y las restricciones, por ejemplo las legales.
Una de las mayores ventajas de la IaaS es la escalabilidad, es decir la capacidad de aumentar o disminuir los recursos que usas según las necesidades, por ejemplo si la aplicación tiene un pico de usuarios en días puntuales como Black Friday, se puede contratar más recursos por unos días y luego volver a la normalidad.
También está la reducción de costos iniciales, porque no se necesita comprar hardware costoso ni contratar personal especializado para instalar y mantener los servidores, en muchos casos se paga por el uso real de los recursos, similar a como se paga por la electricidad, aunque algunos servicios pueden tener costos fijos o tarifas mínimas.
Otro punto fuerte es la velocidad de despliegue, es posible lanzar nuevos proyectos rápidamente en cuestión de minutos, probar y usar sin grandes riesgos, luego descartar de la misma manera y así pagar solamente por el uso facturado por hora, incluso por minutos de uso dependiendo del proveedor.
Todo esto permite realizar pruebas rápidas de proyecto en poco tiempo, montar ambientes de desarrollo o incluso escalar producción de forma automatizada con herramientas como Terraform, logrando despliegues realizados incluso por los propios desarrolladores sin necesidad de un administrador de sistemas.
Otra ventaja es que los proveedores de IaaS suelen tener centros de datos muy seguros, con redundancia eléctrica, de red y de refrigeración, lo que significa que los datos están más protegidos que si se guardaran localmente en las propias instalaciones como podría suceder en el caso de tener un servidor casero.
Pero no todo son ventajas, sin dudas uno de los principales problemas es la dependencia del proveedor, las necesidades cambian y lo que una vez fue una solución perfecta puede cambiar en el futuro, sin embargo, si el sistema o la aplicación tiene una dependencia tan grande del proveedor, hace muy difícil migrar a otros proveedores que si bien pueden ser parecidos difícilmente sean iguales.
También un tema de costos, si el proveedor tiene un problema serio, discontinua algún servicio o cambia sus precios, podría ser un gran problema, además los costos pueden crecer exponencialmente según vaya creciendo el sistema, haciendo que lo que una vez representó un ahorro, luego se transforme en un costo inasumible.
También es necesario considerar los temas de seguridad y cumplimiento legal, especialmente si se manejan datos sensibles, aunque los proveedores implementan niveles de seguridad muy buena, la responsabilidad final sobre los datos suele recaer en el cliente, además también pueden existir limitaciones legales que impiden almacenar los datos en servidores en un país diferente al de los ciudadanos dueños de esos datos.
Finalmente, si bien IaaS elimina un montón de complejidad y responsabilidad, en cuanto a instalación y mantenimiento físico de los servidores, aún se necesita cierto conocimiento técnico a nivel de gestión del sistema operativo y de los servicios para poder sacarle el máximo provecho.
Aunque no se tenga la necesidad de tocar físicamente un servidor, sí se necesita saber cómo prepararlo, configurarlo para despliegues y cómo realizar mejoras de rendimiento y seguridad, cómo conectarlo con otros servicios y mantenerlo funcionando, entre otras cosas. Para casos como este recomendamos nuestro servicio de Administración de Servidores.
Diferencias entre IaaS, PaaS y SaaS
Este es un punto donde suele haber confusión, poder diferenciar entre SaaS, PaaS e IaaS, donde cada uno simplifica una capa diferente del sistema.
Comenzando con el más simple, en el caso de SaaS (Software como servicio) se simplifica todos los niveles del sistema, se entrega el software ya funcionando que simplemente se usa y listo, ejemplos pueden ser Gmail, Slack entre muchos otros, no se requiera desarrollo ni instalación de ningún tipo.
En el modelo PaaS (Plataforma como servicio) se ofrece un entorno listo para desarrollar y desplegar aplicaciones sin necesidad de administrar la infraestructura que corre por debajo, como servidores, redes o almacenamiento, se brinda toda la plataforma de producción lista y solo se tiene que subir los archivos del proyecto, toda la configuración interna de los servicios, como el servidor web entre otros, está resuelta por el proveedor.
En el modelo IaaS se da al cliente el control total de los recursos, es decir que el usuario tiene control sobre el sistema operativo, almacenamiento, redes y demás recursos, siendo responsable de su configuración y mantenimiento.
Con IaaS se tiene más libertad y flexibilidad, pero también más responsabilidad, en cambio, con SaaS es al revés: menos control, pero también menos complicaciones y todo listo para usar, mientras que PaaS es un paso intermedio entre ambos, simplifica la infraestructura aunque aún se mantiene la responsabilidad del software que corre sobre esa infraestructura.
Ejemplos de IaaS
Ahora que están más claros los conceptos, veremos ejemplos de la vida real, el ejemplo más conocido de IaaS es sin dudas Amazon Web Services (AWS), uno de los gigantes de la industria IaaS, donde su servicio EC2 permite crear máquinas virtuales en cuestión de minutos, donde un ejemplo de uso sería cuando se necesita un servidor para alojar una web o una base de datos; en lugar de comprar o contratar un servidor físico, simplemente lo creas en la nube de Amazon, eligiendo la potencia que necesita, el sistema operativo y listo.
Microsoft Azure es otro proveedor importante, ofrece servicios similares, como Azure Virtual Machines, pero también tiene herramientas muy integradas con Windows y el ecosistema de Microsoft, lo que lo hace ideal para empresas que ya usan herramientas como Office 365 o Active Directory.
El tercer grande es Google Cloud Platform (GCP) que tiene su propio servicio de máquinas virtuales llamado Compute Engine, con el mismo principio de alquilar servidores en la nube, pero con un enfoque fuerte en análisis de datos e inteligencia artificial, ya que Google domina esas áreas, otros proveedores como IBM Cloud y Oracle Cloud también ofrecen soluciones IaaS con diferentes enfoques.
Si bien un servidor dedicado físico puede parecer similar a una máquina virtual tipo EC2, no se considera IaaS si no ofrece las capacidades típicas del cloud hosting como elasticidad, aprovisionamiento automático, y gestión vía API, sin embargo, algunos proveedores ofrecen servidores bare-metal como parte de sus servicios IaaS.
Conclusión
La Infraestructura como Servicio sin dudas ha cambiado la forma en que las empresas y sobre todo desarrolladores construyen aplicaciones, no solo porque ofrecen recursos de cómputo bajo demanda, sino que IaaS permite que cualquier empresa o desarrollador independiente acceda exactamente a la misma tecnología por igual, donde solo se paga por lo que se consume, con la flexibilidad de encender o apagar los recursos según se necesite y aunque si bien tiene ciertos desafíos, como la dependencia del proveedor o la necesidad de ciertos conocimientos técnicos, sus ventajas superan ampliamente las dificultades.
Comprender IaaS no solo es útil para profesionales informáticos, sino para cualquier persona interesada en cómo se construye el negocio digital que se utiliza todos los días, desde la app que se usa para pedir comida hasta las redes sociales, probablemente existe una infraestructura en la nube corriendo detrás, asegurándose de que todo funcione sin que se note.